Hoy vamos de francobelgas. Viva la France!
- Los Innombrables: Shukumeï (Yann/Conrad). Este álbum, el primero de la serie, nos presenta una entretenida historia de aventuras que aúna algunos de los más clásicos elementos del género: un grupo de antihéroes que desprecian la cadena de mando del ejército al que pertenecen en busca algo que desconocen en la selva de Borneo recien acabada la Segunda Guerra Mundial. A Yann ya le conocía de sus historias sobre la punki seropositiva Nicotina, y en esta ocasión hace una historia entretenida, divertida y con ciert intriga, pero que no va más allá, no me llego a emocionar ni a encariñar con los personajes. El dibujo de Conrad me parece cojonudo, muy en deuda con Morris, pero a la vez muy personal y supersuelto. De todas formas, según he leído por ahí, la serie mejora mucho en los siguienes álbums, así que habrá que darla un voto de confianza. Mi nota: 3
- La Mazmorra Monstruos: Jean-Jean, el terror (Sfar/Trondhein/Mazan).Un nuevo álbum de una de mis series favoritas. En esta ocasión se narran acontecimientos situados al final de la serie La Mazmorra Amanecer, en los que vemos como Jean-Jean y su grupo de monstruos que regentan una posada para comerse a los huéspedes se unen al vendedor ambulante Guillaume de la Cour en su viaje hacia la Mazmorra. El guión de Sfar y Trondheim es como siempre notable. Es curioso como cogen unos personajes que apenas habían tenido relevancia en la serie y les llenan de vida a base de aventura y humor. Al dibujante Mazan no le conocía, mola, sin querer salirse mucho de la tono de la serie, aporta su granito de originalidad. Mi nota: 4
- Lapinot: La vida como viene/El acelerador atómico (Lewis Trondheim). Seguimos con Trondheim, esta vez en solitario, con el sexto volumen de su serie Lapinot, en la que utilizando a sus personajes animales como actores, les hace vivir distintos papeles en cada entrega. Así, en la primera historia, el conejo Lapinot y sus amigos son un grupo de treintañeros al más puro estilo de telecomedia costumbrista, complicandose poco a poco y desembocando en un vuelco total de la situación al final que te deja de piedra. Magistral el uso de los diálogos y el tempo de la historia. En la segunda historia Lapinot y Félix son ni más ni menos que Spirou y Fantasio, en una de las mejores aventuras que he leido de la pareja tras la muerte de Franquin. Mi nota: 4,5
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