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Hoy, comic made in USA... Como decía Ronald Reagan, God bless America!

• Gregory Vol.2 (Marc Hempel). Segundo y último volumen recopilantorio de las historias que Hempel hizo a finales de los 80's y principios de los 90's para Piranha Press, el sello alternativo de DC Comics. Gregory es un niño cabezón y autista que vive interno en un manicomio y siempre viste una camisa de fuerza. Apenas se comunica con seres humanos, ya que sólo sabe decir "Yo, Gregory" y "Jamecho!", aparte de algún que otro ruido incomprensible. Sus únicos amigos son dos ratas: Herman Vermin, que tiene la costumbre de morir de vez en cuando, y Wendell, adicto al queso. Partiendo de esta premisa, Hempel crea una serie de historias en las que prima un humor negro visto desde el inocente punto de vista del protagonista, que es feliz en su condición de marginado total y que lo peor que puede pasarle es que alguien quiera curarle e integrale en la sociedad. Mi nota: 3,5

• Ice Haven (Daniel Clowes). Este pequeño tomito apaisado, de aspecto inocente estilo retro años 50's y alegre colorido guarda un interior en el que Clowes nos vuelve a mostrar que nada es lo que parece. Tomando como excusa la desaparición de un niño en el pequeño pueblo de Ice Haven, asistimos a un cruce de las vidas de los diferentes personajes. Personajes que, aunque son brevemente presentados, están tan bien construidos que enseguida conocemos cuales son sus motivaciones, frustraciones y complejos. Especialmente me ha gustado el personaje del crítico de tebeos Harry Naybors, a traves del cual Clowes se permite dar un pequeño discurso teórico sobre el cómic de lo más interesante. Mi nota: 4

• Krazy & Ignatz - 1925-1926 (George Herriman). ¡Por fin podemos ver editada en España una de las mayores obras clásicas del comic! Herriman era un auténtico visionario que entendió lo que el comic podría dar como arte en sí y no como un simple entretenimiento de usar y tirar. Publicados como páginas dominicales en periódicos desde 1918, los cómics de Krazy Kat nunca tuvieron el éxito que merecían, eran demasiado raros para el público general y la mayor parte de la élite intelectual no estaba preparada para aceptar el comic como un medio más de expresión artística. Por fortuna, es sabido que valientes de la talla de T.S. Eliot, Ernest Hemingway o Joan Miró no ocultaron su admiración por el cómic de Herriman. El argumento es muy simple: Krazy Kat es un gato (o gata, depende de la situación) que se cree que los ladrillazos que le pega su enamorado, el ratón Ignatz, son demostraciones de afecto. Mientras que el Agente Cachorro, un perro policía enamorado de Krazy, los ve como lo que son, ladrillazos en la cabeza, por lo que intenta meter en la trena al maltratador ratón. A partir de ahí, todo puede ocurrir y de hecho ocurre, cuanto más descabellado y absurdo, mejor. La edición de Krazy Kat no es fácil, y si se tiene que traducir, todavía peor. Tiene un montón de juegos de palabras y giros lingüísicos extraños, acentos y formas de hablar para cada personaje. En esta edición de Planeta han optado por una tradución lo más literal posible, perdiendose gran parte de la poesía del original, lo que es una pena, pero quizá sea la solución más viable. Lo que no es de recibo es que hayan elegido una fuente tan poco apropiada para rotular esta obra, es muy incomoda de leer y eso que tienen un montón de espacio de sobra en los bocadillos. A los hechos me remito. A parte de eso, es una edición muy cuidada, basada en la de Fantagraphics diseñada por Chirs Ware, toda una garantía. Mi nota: 5
  

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