El octavo número de Solo, la publicación de DC que dedica cada número a un artista diferente, tiene como nombre de cabecera el del pintor, ilustrador y dibujante danés Teddy Kristiansen. Kristiansen es un bicho raro dentro del cómic mainstream: con más influencias del mundo de la pintura clásica (la escuela flamenca, Vincent van Gogh y Edvard Munch en particular) que con el del cómic, sus tebeos son sinónimo de gafapastismo dentro del género superheróico. Empezó publicando en DC a principios de los 90 una novela gráfica de Superman (personaje que le supuso el pretigioso Eisner Award con la novela gráfica I'ts a bird en 2005). Ha colaborado con lo más granado del cómic americano "de autor": Gaiman, Seagle, Wagner, Robinson en sus proyectos más personales. Últimamente también trabaja para el mercado francés, donde su estilo quizá sea más aceptado por el gran público.
Éste cómic contiene cinco historias, tres de ellas guionizadas por el propio Kristiansen y dos por Neil Gaiman y Steven T. Seagle. Como va siendo habitual en Solo, los artistas tienen libertad para tratar los temas y los personajes DC que deseen. Para En las escaleras, la historia de Gaiman, el elegido es Deadman en una historia que me recuerda a la novela gráfica del escritor inglés Muerte: el alto coste de la vida, pero al tener muchas menos páginas está mucho más sintetizada y nos libera de toda la paja que tenía aquélla. El resto de historias prescinde de personajes DC y tocan temas de diferente pelaje: Los grandes libros, firmada por Seagle, trata de la supervivencia de la mujer de un misionero en África, con final irónico. De las guionizadas por Kristiansen, Una historia de amor es la que menos tilín me ha hecho. La cosa mejora con Ruinas, que relata un extraño cuento en el que un arquitecto de mediados del siglo XIX en el ocaso de sus días le encarga a un pintor que pinte ruinas de las iglesias que él creó. Termina el tebeo con una historia de supervivencia, Hielo, en la que los tripulantes de un barco naufragado en el antártico se esfuerzan para sobrevivir al precio que sea.
Éste cómic contiene cinco historias, tres de ellas guionizadas por el propio Kristiansen y dos por Neil Gaiman y Steven T. Seagle. Como va siendo habitual en Solo, los artistas tienen libertad para tratar los temas y los personajes DC que deseen. Para En las escaleras, la historia de Gaiman, el elegido es Deadman en una historia que me recuerda a la novela gráfica del escritor inglés Muerte: el alto coste de la vida, pero al tener muchas menos páginas está mucho más sintetizada y nos libera de toda la paja que tenía aquélla. El resto de historias prescinde de personajes DC y tocan temas de diferente pelaje: Los grandes libros, firmada por Seagle, trata de la supervivencia de la mujer de un misionero en África, con final irónico. De las guionizadas por Kristiansen, Una historia de amor es la que menos tilín me ha hecho. La cosa mejora con Ruinas, que relata un extraño cuento en el que un arquitecto de mediados del siglo XIX en el ocaso de sus días le encarga a un pintor que pinte ruinas de las iglesias que él creó. Termina el tebeo con una historia de supervivencia, Hielo, en la que los tripulantes de un barco naufragado en el antártico se esfuerzan para sobrevivir al precio que sea.
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