Hoy, todo clásicos:
- Terry y los Piratas 13 y 14 (Milton Caniff). En estos tomos se editan
tiras de prensa y planchas dominicales de 1944 y 1945. Continúan las aventuras de Terry como piloto de la Segunda Guerra Mundial, aunque sus mayores retos los encontrará en tierra. Sus andanzas le llevan a viajar a la India, Birmania y de vuelta a China. Encuentro con antiguos amigos y enemigos, engaños, tramas amorosas... todo lo necesario para mantener el interés en uno de los cómics más importantes de todos los tiempos. Como es habitual en los tebeos americanos de la época (y de algunos de ahora), el exceso de patriotismo a veces cansa. Mi nota: 5
- Príncipe Valiente 11 y 12 (Harold Foster). Otro tebeo que hay que tener
(o por lo menos, leer de gorra) es ésta obra maestra de Foster. En estos tomos, que editan las planchas dominicales de 1954 a 1958, Arn, el hijo de Valiente, va tomando cada vez más protagonismo, llegando a protagonizar con sus aventuras el tebeo en unas cuantas ocasiones. Esta independencia le hace darse cuenta a su padre que los años van pasando, lo que Foster plasma muy bien con episodios de crisis de madurez (como la del caballo; es cómo el típico cincuentón que se compra un deportivo para aparentar ser más joven) y con otros de madurez real, en los que se ve que Valiente va sentando la cabeza. Mi nota: 5
- Flash Gordon 1 (Alex Raymond). Este tomo es el primero de los dos que ha edita
do Planeta recuperando todo el Flash Gordon de Raymond. Incluye las páginas dominicales de 1934 a 1939. Todo un icono del cómic, creado para competir con otros cómics de héroes de estética realista como Tarzán, Buck Rogers o Dick Tracy, y que se convirtió en el héroe espacial por antonomasia. En este tomo podemos ver la evolución artística de Raymond, que pasa de hacer un buen trabajo en las primeras entregas de la serie a dominar completamente el medio conviertiéndose en un maestro a imitar por las generaciones de dibujantes posteriores hasta la actualidad. El guión también tiene una evolución, aunque más sutil, que podemos ver en las motivaciones de los protagonistas. Si en los primeros años la única obsesión de Dale es casarse con Flash y que no se lo quite la vampiresa de turno, en los posteriores va tomando un papel más activo. Además, este tebeo tiene para mí el valor adicional de la nostalgia, pues incluye un puñado de páginas que recuerdo haber leído hace más de 20 años. El único pero que se le puede poner es a la edición, que cuenta con numerosos fallos, como un color poco uniforme de una plancha a otra, algunas páginas se trasparentan o alguna que otra chapuza al rotular alguno de los carteles que anuncian el título del siguiente episodio (¡se nota el tipex!). Supongo que trabajan con lo que tienen. Mi nota: 5
- Todo Mortadelo y Filemón 15 (Francisco Ibáñez). Todo Mortadelo y Filemón es una colección de tomos que, como su propio nombre indica, recopilan todos los álbums de Mortadelo. Este en concreto recopila cinco de sus mejores historias: Safari callejero, Chapeau el "Esmirriau", El sulfato atómico, El plano de Alí-Gusa-No y La caja de los diez cerrojos. A mí me siguen haciendo gracia. Destaco sobre las demás la historia de El sulfato atómico, en la que Ibáñez se curró el dibujo como nunca, dejando de lado la influencia de Vázquez para fusilar directamente a Franquin. Que pena que no siguiera por ese camino, sólo recuerdo otro álbum de Mortadelo hecho con ese estilo. Como el mismo Ibáñez dijo en una entrevista de hace años a la revista U, el hijo de Urich, podía hacer muchos más tebeos al año con un dibujo menos trabajado y la gente lo iba a comprar igual. Mi nota: 3,5
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